MALLORCA
USUARIOS DEL "MOLLET" DENUNCIAN LA FALTA DE SEGURIDAD DE LA INSTALACIÓN
El Govern recuerda que la obra no ha finalizado y que está "infinitamente mejor" que hace años.

Una hilera de botellas y vasos de cristal dan la bienvenida a uno de los amarres del histórico mollet de s´Estanyol, en Llucmajor, de treinta plazas de capacidad y situado justo al lado del opulento club náutico. "No hay nada que impida el libre paso de gente, la barrera está siempre abierta y los robos de motores o material de pesca son muy frecuentes", señala Miquel Ballester, uno de sus fundadores allá por 1958. Pero no es el único; un grupo de usuarios de la instalación ya ha mostrado su disconformidad con las obras que el Govern está a punto de inaugurar y que han costado más de 152.000 euros.

"No hay vigilante, ni baños ni servicio de basuras. El agua y la electricidad todavía no están conectadas", señala junto a su embarcación Joan Bosch, quien critica la falta de consenso de Ports de les Illes con los propietarios a la hora de tomar las decisiones: "Las tomas de electricidad se han situado en las zonas de mayor oleaje, lo que provocará cortocircuitos".

Además, la falta de una escollera mayor hace que las algas ocupen varias zonas de amarre y dejen el calado en tan sólo 20 centímetros, con los consecuentes daños en las embarcaciones, que por otra parte no pueden superar los seis metros de eslora. "Es un varadero de gente normal, de jubilados sin mucho dinero, pero no por eso se debe tirar el dinero dejando un estéticamente espacio bonito pero con los más problemas".

Manuel Patiño, vicepresidente de Ports (empresa dependiente del Govern), ya ha advertido que las obras no están acabadas y que el mollet está "infinitamente mejor que hace unos años" y que se va a habilitar un sistema de acceso por medio de tarjetas para los usuarios, con vigilancias alternas, y "se procederá a eliminar toda aquella alga que impida el amarre en cuanto detectemos que existen realmente problemas".
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