SAN SEBASTIÁN
ABSUELVEN AL PORTERO DE UN CLUB DE ALTERNE DONDE UN PERRO MORDIÓ A DOS CLIENTES
El incidente se originó cuando fueron descubiertos en la zona de taquillas. Uno de los heridos sufrió lesiones que tardaron 87 días en curar.
La Audiencia de Gipuzkoa ha absuelto al portero y a la encargada de un club de alterne de San Sebastián, acusados del delito de lesiones, después de que un perro atacase a dos clientes del establecimiento. El tribunal estima que no ha quedado probado que el vigilante no hiciera nada para evitar las agresiones y que azuzara al animal, como sostuvieron las personas lesionadas.
Los hechos tuvieron lugar en enero de 2005, en la Pensión Errota, situada en el barrio donostiarra de Igara. Sobre la una y media de la madrugada, el portero, que desarrollaba funciones de mantenimiento del orden en el establecimiento, recibió la llamada de la encargada que, según le dijo, vio a dos clientes en el primer piso, merodeando por la zona de las taquillas de las mujeres que trabajaban en el local.
Ante la sospecha de que los clientes se hubiesen apropiado de algunos efectos personales de las empleadas, le encargada pidió al vigilante que comprobara este extremo.
Rottwailer y boxer
De esta forma, cuando los dos clientes abandonaban el establecimiento, el guarda, desde la garita que ocupaba, les instó para que exhibieran lo que portaban. Mientras uno de ellos no tuvo reparo alguno en hacerlo y entregó la cazadora que vestía para que la revisaran, su acompañante se opuso vehementemente y recriminó al portero «su disponibilidad para tal acto fiscalizador», se indica en la sentencia.
Esta situación dio lugar a una virulenta discusión en el transcurso de la cual, el cliente cogió un tiesto y lo lanzó contra uno de los cristales de la garita. «En este momento emergió un perro, cruce de rottwailer y boxer, que se encontraba suelto por las inmediaciones de la garita», se indica en la resolución.
El can asió por el tobillo derecho al cliente que se mantenía ajeno a la disputa y lo sacó fuera del puesto, donde continuó mordiéndole. Instantes después, dejó a su primera presa y clavó también sus dientes en el hombre que discutía con el portero. Tras los ataques del animal, los dos clientes tuvieron que refugiarse en su vehículo.
A consecuencia de las mordeduras, una de las personas sufrió diversas heridas -una de ellas de ocho centímetros-, lesiones que tardaron en curar 87 días, de los que 55 estuvo impedido para sus ocupaciones habituales. El otro cliente también resultó con heridas que sanaron en 55 días.
Atado por agresivo
El perro es propiedad de la empresa Pensión Errota, uno de cuyos socios había instruido a las personas que trabajaban en el establecimiento para que el animal estuviera siempre atado, toda vez que con anterioridad había protagonizado algunos incidentes agresivos.
Como quiera que la conflictividad había persistido y que, en ocasiones, la orden de mantenerle atado no era cumplida, el dueño decidió sacrificarlo, aunque posteriormente desistió tras escuchar a la encargada del local que le daba pena.
Durante el juicio, la Fiscalía solicitó penas que sumaban siete años y seis meses de prisión para el portero, además de indemnizaciones por valor de 16.000 euros.
El tribunal ha absuelto tanto al portero como a la encargada, que había sido imputada por la acusación particular. La Audiencia estima que no existe suficiente prueba para determinar que el vigilante no hiciera nada para evitar los ataques del animal.
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