La Brigada Judicial de la Comisaría de Elche ha decidido detener al propietario del Desguace Sotoca, sito en la carretera N-340, en Torrellano, por la comisión de un supuesto homicidio imprudente. El dueño de la empresa declaró en la Comisaría de Elche durante varias horas. Posteriormente, los policías decidieron dejarlo en libertad, aunque a disposición judicial.
La instructora del caso, la titular del juzgado de Instrucción 5 de Elche será la que le tomará declaración en presencia del fiscal en los próximos días. El homicidio imprudente está castigado con una pena de prisión que oscila entre uno y cuatro años, además de con una cuantiosa indemnización a la familia de la víctima.
Perros regalados
Los hechos ocurrieron sobre las 13.30 horas del 18 de agosto. El guardia del desguace, José Garríes López, de 65 años, fue atacado salvajemente por un perro de la raza japonesa Akita Inu cuando intentaba encerrarlo, junto a la hembra, en una caseta.
Nadie sabe por qué el perro se revolvió contra José. Sólo se conoce que pidió socorro y lo oyó una mujer que esperaba tras la verja a que le abriera la puerta. Pese a la intervención de los servicios sanitarios, nada se pudo hacer para salvar la vida del guardia.
El perro le había destrozado los vasos sanguíneos de las piernas, cortándole la arteria femoral de una de las extremidades. La víctima murió de shock volémico tras desangrarse.
El dueño del desguace, J. M. S., declaró que una persona le regaló los dos perros, hace unos quince días. Explicó que se quedó con los animales porque esta persona le dijo que los iba a entregar a la Protectora de Animales. Fue entonces, supuestamente, cuando la víctima intervino y pidió que los perros siguieran en el desguace. José Garríes vivía en el recinto de la empresa, en un caseta que se construyó al efecto.
Tanto el perro agresor como su pareja, según se comprobó tras el accidente, carecen de la documentación obligatoria para los perros potencialmente peligrosos, como son los Akita Inu. Los canes no llevaban microchips, ni estaban registrados, ni tampoco se encontró una licencia para su tenencia.