El desguace Sotoca, ubicado en la partida ilicitana de Torrellano, cerrado por vacaciones durante todo el mes de agosto, fue ayer escenerio de un tremendo suceso. El vigilante del recinto, un hombre de 65 años, empadronado en Alicante, fue atacado salvajemente por uno de los dos perros que guardan el desguace.
El can le seccionó la arteria femoral a bocados y el hombre murió desangrado mientras llegaba una ambulancia del SAMU. Los facultativos del servicio intentaron reanimar a la víctima en el lugar pero no pudieron más que certificar su muerte.
Los hechos ocurrieron sobre las 13.30 horas de ayer. Una mujer llamó al timbre del desguace y el vigilante, que al parecer hacía también de encargado, habló con ella a través de la valla. Le pidió que se esperara unos instantes mientras encerraba los dos perros.
El hombre se dirigió hacia una caseta y desapareció tras ella. De momento, la mujer oyó gritos de auxilio y se dirigió corriendo a la empresa Grúas Cabeza que colinda con el desguace. Contó lo sucedido y varios empleados salieron corriendo del recinto para socorrer al guardia. Sin embargo, al llegar a la verja, según explicó uno de ellos, vieron que uno de los perros tenía el hocico y parte de la cabeza ensangrentados.
Al figurarse lo sucedido llamaron de inmediato a la Policía Local. La patrulla de Torrellano se acercó de al recinto, llegando al lugar dos ambulancias de traslado. Al descubrir al hombre moribundo, los agentes solicitaron la presencia de una ambulancia del SAMU. El hombre se había desangrado y apenas le quedaba algo de aliento. Los esfuerzos de los médicos fueron vanos.
Tras certificarse la muerte, el cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Alicante donde se le practicará la autopsia esta mañana.
Perros peligrosos
La Brigada Judicial del Cuerpo Nacional de Elche se ha hecho cargo de la investigación. A última hora de la tarde de ayer, los policías trabajaban en la localización de los dueños del negocio con el fin de aclarar algunos extremos.
Según explicó uno de los empleados de Grúas Cabeza, los dos perros llevaban poco tiempo en el desguace. Pertenecen a la raza japones Akita Inu. Se trata de animales grandes. Cuando llegan a la época adulta pesan entre 35 y 40 kilos y los machos pueden llegar a medir hasta setenta centímetros
Durante siglos, los Akita Inu se han empleado en combates. Ante el peligro de extinción de la raza, el Estado japonés ha prohibido su participación en luchas. Ahora se emplea como guardianes y para la práctica de la caza mayor.