En su modus operandi utilizaban una rebarbadora y en la oscuridad de la noche se ayudaban de luces conectadas a la batería de su vehículo, un camión blanco. Las fuerzas de seguridad llevaban varias semanas detrás de sus pasos y la detención pudo llevarse a cabo gracias al aviso del vigilante de la zona, que llamó a la Guardia Civil de Abegondo en la tarde del 5 de enero. Con la irrupción de la patrulla, los tres jóvenes intentaron escapar, pero de forma infructuosa. En el momento de la detención, solo uno de ellos estaba documentado.

Según fuentes del entorno de la granja, y para sorpresa de los propios agentes, estos comprobaron que el camión tenía hecho un puente en el contacto y sospecharon que podía tratarse de un vehículo robado, pero tras las consultas oportunas comprobaron que el camión era propiedad de uno de los detenidos, quien les aclaró que había sido un tercero el que había intentado robar su vehículo. Los tres jóvenes, con antecedentes delictivos y varias detenciones en sus expedientes, confesaron posteriormente que vendían la chatarra en varios puntos de Santiago y A Coruña. Además, arrancaban con la rebarbadora todos los elementos metálicos de las paredes de las naves de las granjas.

El día 7 de enero fueron entregados al juzgado de Betanzos acusados de un delito continuado de robo con fuerza en las cosas y quedaron en libertad con cargos.
FUENTE