14.09.2009
CANARIAS
LAS CASAS CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL, BAJO MÍNIMOS DE SEGURIDAD EN LAS ISLAS
Pese a que Canarias no parece haber sido nunca objetivo del terrorismo de ETA, los atentados de este verano en cuarteles y casas cuartel de Mallorca y Burgos han despertado la inquietud dentro de la Guardia Civil, cuyas instalaciones en las Islas padecen, en la mayoría de los casos, de diversas deficiencias en materia edilicia y en su propia seguridad.
«La verdad es que no estamos nada bien», apuntaba esta semana un guardia destinado en la provincia occidental, conocedor de las malas condiciones que son regla en la mayoría de los acuartelamientos de la Benemérita.
Por citar un ejemplo, aunque de la otra provincia, baste mirar a la fotografía que ilustra esta información. Se trata de una gasolinera de Morro Jable, hoy inactiva, donde se han visto obligados a aparcar los vehículos de la Guardia Civil. Por otra parte, el peligro se agrava, teniendo en cuenta que los depósitos de la estación de servicio pueden guardar todavía restos o gases de combustible. También en Fuerteventura, el puesto de tráfico de Puerto del Rosario carece hoy de cualquiera de las medidas de seguridad habituales, como cámaras de vigilancia, por ejemplo.
En la vecina isla de Lanzarote, hay incluso un cuartel, en obras en estos momentos, que motivó en marzo una carta ante el general jefe de Personal y Apoyo de la Guardia Civil. En ella, se denunciaba las condiciones en que cumplía con su servicio de puertas un guardia: desde su puesto ni ve el acceso desde la calle ni el vestíbulo interior, «algo que pudiera ser compensado con la salida esporádica del agente al exterior de las dependencias, pero que resulta imposible cuando está realizando llamadas telefónicas, transmisiones con las patrullas y gestiones de coordinación con otras policías, entre otras funciones». La inexistencia de circuito de televigilancia también afecta a otro cuartel conejero.
Mala distribución de gasto
Algunos agentes han mostrado, por otra parte, su sorpresa por lo que entienden como una mala asignación del gasto en las reformas emprendidas en las Islas. Sólo en Gran Tarajal (Fuerteventura) se presupuestaron 600.000 euros en reparar el cuartel.
La cifra, sin embargo, es menor a la asignada a las reformas de las viviendas en Las Palmas de Gran Canaria, en el barrio de San José. Allí se presupuestó un millón y medio de euros para apenas 36 viviendas, todas con más de cincuenta años de antigüedad.
Casi oprobiosa parece la situación en el sur de Gran Canaria, en Mogán, donde la Guardia Civil carece de dependencias propias y lleva ya diez años viviendo «de prestado», gracias a la cesión de un inmueble por parte del Ayuntamiento moganero.
Las ruinas de La Laguna
En la provincia tinerfeña, la situación parece menos dramática, pero sin embargo parece bastante más que anecdótico que el ala norte del cuartel de La Laguna esté virtualmente declarada en ruinas. Y ni siquiera le queda el consuelo del plan E, ya que no ha sido incluido. Sin embargo, la llegada de un nuevo jefe al acuartelamiento, ha dado nuevos bríos a la instalación, con algunas mejoras.
Una de las demandas que han subrayado en los cuarteles de la provincia occidental es la del aparcamiento. No deja de ser un peligro latente que se permita aparcar en el frente mismo de las instalaciones, habida cuenta de los antecedentes terroristas en coches-bomba. Una situación que sí ha sido solventada, en cambio, en Icod de los Vinos, donde se ha prohibido aparcar en todo el perímetro, por gestión de la cadena de mandos.
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