Sección Sindical CC.OO. Dialse Seguridad |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
11.08.Barcelona:Vanessa Requena Camara capta mas caricias que peleas |
|
|
BARCELONA
VANESSA REQUENA ARNAU: "LA CÁMARA CAPTA MÁS CARICIAS QUE PELEAS"
Acostumbrada a viajar en avión y asistir grandes obras como directora de proyectos, esta ingeniera industrial mecánico, afirma que con la nueva terminal, el aeropuerto de Barcelona se sitúa entre los 10 primeros de todo el mundo.
Maletas que no salen, escaleras mecánicas que se paran, tropiezos, hurtos, corredizas... Casi 2.000 cámaras de vídeo filman cada rincón del aeropuerto.
El título de la película de James Ivory Una habitación con vistas define bien al Centro de Gestión Aeropuertuaria (CGA), el equivalente de la torre de control para la zona tierra. El ojo que todo lo ve desde que un avión aterriza hasta que los pasajeros abandonan las instalaciones con su vehículo, en taxi, en tren o en autobús. O hasta que despega su avión. Casi 2.000 cámaras repartidas por las instalaciones hacen posible saber qué ocurre a tiempo real, a través de las pantallas de ese gran ojo de Gran Hermano, como llaman al CGA muchos empleados. En él, comparten espacio supervisores informáticos, de mantenimiento, de operaciones y de servicios aeroportuarios. En la planta superior, se sientan un mosso, un guardia civil, un policía local y uno nacional, además de nueve miembros de la seguridad privada de Aena. Todos, bajo el mando del jefe de sala, hacen del CGA el cinturón de seguridad para usuarios y personal del aeropuerto. Mientras cada uno supervisa, Vanessa Requena vela por la funcionalidad de la sala.
–¿Qué siente trabajando en el cerebro del aeropuerto?
–Como profesional, me siento muy afortunada de haber participado en la puesta en marcha de este centro. Es un proyecto importante para todos los aeropuertos. Te plantas delante de la última tecnología. A nivel usuaria, me siento privilegiada de poder ver y trabajar en las entrañas del aeropuerto.
–Menuda manera de controlar. A parte del lavabo, no imagino dónde no hay cámaras.
–Para nosotros no son cámaras que controlan, sino que asisten. Las hay en todos los lugares de uso común con el objetivo de poder captar cualquier tipología de incidencia.
–¿Por ejemplo?
–Un parón en las escaleras mecánicas. Caídas de los usuarios o situaciones peligrosas como la de niños que utilizan las escaleras mecánicas como carrusel. Desde la sala, también se controlan los detectores de humo y fuego. Ante cualquier anomalía que se registre, se activan llamadas a quien corresponda actuar.
–¿Qué otras imágenes les hacen abrir más los ojos?
–Las aglomeraciones. Por ejemplo, con los grupos de chinos acostumbramos a enviar asistencia porque es muy complicado entenderse.
–¿No disponen de traductores?
–No. En principio se hace todo en inglés, pero suele costar igualmente. Y los acabas acompañando. Normalmente es el personal de asistencia al pasajero, los que llevan los chalecos verdes, el que se ocupa de ello.
–Con 2.000 cámaras, alguna secuencia de dos rombos se habrá visto.
–Personalmente, no la he visto. En realidad no te fijas tanto, pero se ven carantoñas muy efusivas.
–¿Y peleas?
–Alguna discusión, pero llegar a las manos, no. Si por la pantalla ves que hay lío, se avisa a seguridad desde la sala. Por suerte, vemos muchos más achuchones que peleas.
–Todo este montaje es nuevo de la T-1 o en la T-2 ya funcionaba así?
–En la T-2 los centros de supervisión estaban disgregados, aquí hemos apostado por un único espacio, para favorecer la comunicación y la coordinación entre las personas que vigilan el funcionamiento de los edificios de las dos terminales, de la plataforma –las pistas–, de los accesos a unos y otros, etc... Una sala conjunta para todas las divisiones del aeropuerto mejora la coordinación y visión global del mismo.
–¿Ha volado ya desde la T-1?
–No. Espero hacerlo en diciembre, a algún sitio de Europa, aunque entraría en cualquier vuelo que se anuncia. Me encanta mirar destinos.
FUENTE
|
|
|
|
|
|
|
|
|