Sección Sindical CC.OO. Dialse Seguridad
  09.09.Madrid:Policías Pozuelo temimos por nuestrras vidas
 





                                                                                      


MADRID
LOS POLICÍAS DE POZUELO: "TEMIMOS POR NUESTRAS VIDAS"
ABC reconstruye con testimonios de varios «antidisturbios» las cuatro horas infernales que se vivieron la madrugada del domingo en Pozuelo de Alarcón. Hubo situaciones de pánico ante el descontrol provocado por el alcohol.

La batalla campal que se vivió la madrugada del domingo durante las fiestas de Pozuelo de Alarcón (uno de los municipios más ricos de España) ha dejado marcas no sólo físicas, sino también en el sentimiento que se palpa en la Brigada de Seguridad Ciudadana de Madrid. El relato de los policías «antidisturbios» que sufrieron en sus carnes la salvajada cometida por un millar de jóvenes, descontrolados, borrachos y cercanos al coma etílico, pone los pelos de punta. Así relataba uno de ellos, según ha podido saber ABC, el caos que se creó. «Temíamos por nuestras vidas. Las comunicaciones que hacíamos con la sala del 091 pidiendo más material y apoyo eran de agonía», afirmaba uno de los agentes.

No en vano, otros informantes indicaron que «no se preveía que hubiera tal masificación de personas» esa madrugada en las fiestas. El «macrobotellón» en que se convirtió una explanada junto a la plaza de toros portátil y sus calles aledañas congregó a unas cuatro mil personas. Doscientas de ellas acabarían intentando asaltar la propia comisaría de Policía Nacional de Pozuelo de Alarcón.

El dispositivo de prevención era escaso, según los sindicatos policiales. Había tres coches «Z» -con distintivo policial-, dos «K» -los que utilizan agentes de paisano- y un equipo de las Unidades de Intervención Policial (UIP), conformado por sólo siete agentes. Lo corriente es que, en vez de un equipo, hubiera un subgrupo, lo que habría doblado, en un primer momento, el número de «antidisturbios». Luego serían casi 50 «antidisturbios».

Todo comenzó sobre las 2.15, cuando un joven se acercó al equipo de UIP presente en la zona: le habían abierto la cabeza con una botella de cristal. Cuando los servicios de emergencia le estaban auxiliando, un grupo de descontrolados comenzó a lanzarse entre sí todo lo que encontraba a mano, aunque no se detectaron armas.
«Era un desenfreno por el exceso de alcohol. Nos resultaba imposible hablar ni dialogar con ellos», expresaban los «antidisturbios». Se pidieron refuerzos conforme la situación empeoraba. Y llegó un coche patrulla con material antidisturbio de la comisaría de Pozuelo. El agente tuvo que huir porque temía por su vida. Se encuentra de baja por ansiedad. «Acabamos con todo el material antidisturbio y salieron dos coches de Moratalaz [donde se encuentra la Brigada de Seguridad Ciudadana]. Nosotros tirábamos pelotas y ellos nos devolvían piedras, adoquines y botellas», relatan, no sin antes añadir: «No se puede consentir que esto pase». Los policías reconocen que tenían «pánico», pues ni siquiera en situaciones tan límite como ésta se puede echar mano del arma reglamentaria.

El 112 recibió esa madrugada 200 llamadas. Atendió 18 intoxicaciones etílicas; 13 incendios (ardieron 12 coches policiales y, al menos, cuatro particulares, pues también tuvo que actuar un coche de Bomberos del Ayuntamiento); 23 agresiones y amenazas... Saldo total de heridos, 14, diez de ellos policías. Tres están graves. Uno tiene el escafoide roto, otro una lesión en la rodilla y el tercero golpes en brazos y piernas. Dos ya están en casa y se prevé que sigan, como mínimo, un mes de baja.
FUENTE




 
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