María Ángeles ha hablado una sola vez con su marido desde que está secuestrado. La conversación no duró ni dos minutos. Le dijo que estaban bien y que no les trataban mal. Gaizka, su esposo, lleva 24 años trabajando en el mar. Ella pide al Gobierno que les traigan a casa sanos y salvos. "Traten de traerlos a casa y negocien, sin más. No queremos despliegues militares ni grandes proezas", explica.
El hermano de Antonio es uno de los secuestrados. Él también es marinero del Alakrana. El día 20 debe incorporarse al atunero. Confiesa que siente miedo y tiene claro cómo aumentar la seguridad: "Militares a bordo, es la única solución".
El Ministerio de Defensa afirma que se han redoblado los esfuerzos para la liberación. Descarta embarcar militares en los pesqueros, como ocurre en Francia y en otros países de Europa. En España aseguran que no es posible, ni legal ni operativamente. La solución para el Gobierno es la seguridad privada. El problema es su coste: 12.000 euros al mes por vigilante.
Los armadores dicen que no daría tiempo a formar a los vigilantes para esta temporada. Las empresas de seguridad lo niegan y afirman que hay muchos candidatos, formados en el ejercito, dispuestos a embarcarse.
FUENTE