Sección Sindical CC.OO. Dialse Seguridad
  21.09.Jerez:Su piso caseta obra
 




                                                                                     


Martes, 21 de septiembre de 2010

JEREZ
SU PISO, UNA CASETA DE OBRA

Un matrimonio y su hijo de 14 años, que fueron desahuciados de su vivienda, viven ahora en un cuarto prefabricado sin luz, agua ni butano en un campo junto al circuito.

"Vivimos como los indios, dígalo claro". José, su esposa Manoli y su hijo Pepe, de 14 años, viven desde el pasado lunes en una caseta de obras en un campo junto al circuito. "En junio el banco nos desahució de nuestro piso, porque no podíamos pagarlo. Llevo tres años en el paro", dice el hombre, vigilante de seguridad de profesión. El prefabricado cuarto no tiene luz, ni agua ni butano. "Nos alumbramos con un farol de los chinos", explica Manoli. El chico lleva desde el lunes sin ir al colegio porque "no puedo echar gasolina al coche para traerlo y llevarlo", dice el padre. El coche ya fue morada veraniega de la pareja: "Dejamos al niño con mi cuñada dos meses, pero ella también está parada y tiene dos hijos. No podíamos más y acabamos buscando lo que fuera". José se va y regresa con varios bidones de agua que le facilita el guarda de un camping cercano. "Por amistades me enteré que podía alquilar la caseta, mejor dicho choza, porque ayer por la noche, con la tormenta, nos calamos hasta los huesos". La familia paga por la caseta de chapa un alquiler mensual de 130 euros y se gastó más de 200 en transportarla hasta terreno. "Nos hemos ido comiendo los pocos ahorros poco a poco y más desde el desahucio. Tuve que vender los muebles a bajo precio, una cadenita que tenía... Hasta llegar aquí...", dice Manoli. Sólo perciben la ayuda familiar "y con eso no se puede alquilar una casa. El niño tiene sus necesidades. Con su edad come como un león". José dice que él no vale para hacer cola en El Salvador y "tampoco tengo para gasolina. Hoy nos hemos apañado con unas barras de pan y un poco de chorizo que he podido comprar. Luego he cogido unas brevas por el campo".

La familia mantiene que todavía le debe "diez millones de pesetas" al banco a costa del desahucio. "Quisimos buscar un pisito de alquiler, pero todo son pegas si no tienes nómina y avales. Te piden una barbaridad y encima hay que adelantar mucho dinero", agrega el vigilante. La familia se asea en una bañera exterior y hace sus necesidades en el water químico que tiene la caseta pero "claro, a eso hay que echarle productos, que cuestan. Ya le digo, los apaches debían vivir mejor que nosotros. Les daban viviendas a los negros, a los chinos, a cualquiera, que lo veo muy bien, pero no a una familia de Jerez que se ha quedado parada y no encuentra nada".

Los desahuciados dicen que no 'viven' con miedo a pesar de estar un campo despoblado. "Por aquí no para nadie y la Guardia Civil pasa mucho por la carretera. Las patrullas se han interesado por nuestra situación y vienen a vernos", señala José. Reconoce que llegó a ganar 3.000 euros mensuales "deslomándome en el aeropuerto de Tenerife, pero ahora no quieren guardas ni para las obras. Si nos la hay..."

La familia Terrón no piensa en el futuro. "Lo más inmediato es conseguir luz y butano. Luego ya veremos", señala el padre. Manoli agrega que "lo peor es para el niño. No sé qué tiempo podrá estar de este modo sin ir al colegio. Él y yo nos podemos aguantar, pero una criatura en mitad de un campo, ¿qué hace?". No hay tiempo para el entretenimiento. "¿Le estamos dando mucha la brasa, no? -me pregunta la mujer-. Es que sólo hemos hablado con ustedes y los guardias. Aquí no pasa el tiempo".

El vigilante señala que ha contactado varias veces con los servicios sociales del Ayuntamiento: "Me aprobaron una ayuda los asistentes sociales; pero este mes, por la gana que les haya dado a ellos, me han cortado la ayuda. He ido ya tres veces y no me hacen ni caso. Hasta el 28 del mes que viene dice que no me atiende, porque no le da la gana. Así de claro. Ni encuentro trabajo y eso que me da igual estar en una cocina, en un hotel, limpiando por horas... lo que sea. Yo lo que no voy a robar ni pedir en la calle. Esa no es mi condición".

"Lavo a mano, cocino como puedo, como los indios (insiste), qué le voy a contar. Intentamos estar limpios y aseado. Si ayer nos empapamos con el agua. Es una broma. Mi marido carga el agua y la dejamos al sol para que se caliente. Ahora va a venir un conocido a hacernos un arreglo, para que podamos pasar los días. Esto no es para llorar, es algo más fuerte... aunque me callo. Es una desesperación. Esto no es normal en Jerez. Tenemos derecho a vivir con dignidad, sólo pedimos un techo y no gratis, lo pagamos..."

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